Testament, Resurrection Fest 2014, Festival
Debido a circunstancias muy diversas, este año nos acercamos a tratar de disfrutar del Resurrection Fest tan solo un día, y elegimos el sábado por el atractivo principal de ver sobre el escenario a los escandinavos Turbonegro. Desgraciadamente, fue un sábado pasado por agua en el que os puedo decir que eché mucho de menos tener unas katiuskas.

Así que llegamos más o menos a la hora de comer y nos fuimos ubicando. Muy buena idea el nuevo Resucamp, tercera zona de acampada situada junto al recinto de conciertos que se une a las ya clásicas, y la nueva zona de parking también junto al festival, que nos facilitó mucho las cosas, y con Joey Cape sonando de fondo en acústico aprovechamos para ir abriendo boca. Nuestra idea inicial era llegar para ver a Hamlet, pero la comida se alargó un poco más de lo que teníamos pensado. De este modo, cuando parecía que el día comenzaba a abrirse, entramos a eso de las 5 de la tarde para disfrutar de The Real Mckenzies en el escenario más pequeño de los tres (el Chaos Stage). Estos canadienses irredentos nos ofrecieron un show en el que era imposible permanecer con los pies quietos. Al final, un recuerdo para el gran Melchor, que como dije en una crónica anterior nos dejó a principios de este año.

The Real McKenzies, Resurrection Fest, 2014, Festival
Acabados los canadienses, nos acercamos al escenario principal para ver a Gallows. Un ratillo de concierto y cuando ya todo era más  de lo mismo, nos fuimos a dar una vueltilla por la zona de Merchandising. Hay que decir que la organización del recinto era magnífica, un año más, con una zona de restauración más grande, las tiendas a cubierto, mucho espacio, una pantalla gigante detrás de la mesa de sonido del escenario principal, barras grandes y los de ese flambeado de Moe diabólico llamado Jaggermeister, con cada vez más presencia. Eché de menos la zona de skate, no sé si no estaba o yo no la vi. Pero bueno, ya hemos dicho más de una vez que “the times they are changing”. En el debe, en mi opinión, el comenzar los conciertos tan pronto y los grupos solapados. No entiendo la necesidad de meter a cerca de 30 grupos por día, que empiecen a tocar a las 2 y que toquen media hora. ¡Si con 10 buenos conciertos estamos todos ya más que saciados! Y con los imponderables de la lluvia, poco podían hacer. Porque por mucha hierba que haya el primer día delante del escenario principal, si llueve el tercero, hay barro. Mala suerte.

Gallows, Resurrection Fest 2014, Festival
Bueno, volviendo a la crónica, después de las tiendas salimos a airearnos un poquito, pues este año con la entrada de un día se podía entrar y salir, lo cual agradecemos enormemente, coger fuerzas a base de latas (de cerveza y conservas), y volvemos cuando el aguacero está empezando con la esperanza de que pase pronto. Con el corte de rollo correspondiente, nos metemos como podemos bajo el tejadillo de la barra mientras irónicamente suenan de fondo Discharge. Y poco más que guarecernos podemos hacer hasta que empiezan Obituary, que tocaban en la carpa (el segundo escenario), pero a los que solo podemos oír, debido a la cantidad de gente que estábamos allí acurrucados. Una pena no haberlo podido disfrutar más. Sigue el chaparrón y empiezan Testament en el escenario principal, con un buen número de gente a su alrededor para la que estaba cayendo y nosotros acercándonos tímidamente hasta una esquinita del bar para verlos un ratillo de refilón.

Parece que amaina, así que vamos a ver si podemos enganchar un par de conciertos seguidos. El buen hacer de los británicos Carcass y luego, antes de que acaben su show, a coger posiciones para Turbonegro, como dije al principio verdadera razón de nuestra presencia aquí. Así que lo más cerca posible del escenario, gorros de marinero, mucha mala baba, y Age of Pamparius que empieza a sonar. Nos vamos animando a medida que suenan temas clásicos, como All my friends are dead, Get it on, o I’ve got erection y parece que la lluvia y el barro nos dan igual por alrededor de hora y media. Pero luego se apagan las luces y es hora de ir a secarse y cambiarse, mientras de fondo suena Lagwagon, que parece que se niegan a venir si no llueve.

Luego toca acomodarse en el coche para descansar unas horas, con los ecos de Gigatrón (aquí echo de menos mis mallas y mi sentido del humor pasado por agua) y Motorhits para cerrar. El verano que viene creo que en vez de hacerme latero para pagarme los gastos festivaleros, voy a optar por una franquicia en mi maletero de venta de botas de goma. ¡Y a lo mejor saco hasta para ir al Sweden Rock!

FROMHELL

Esto es parte de lo que lió Turbonegro en el Resu 2014
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