El frío ha desaparecido de Madrid, un viento del Sur ha llegado a la capital y trae ritmos alegres, buenrollistas y garrapateros. Un grupo de músicos faranduleros, itinerantes y un tanto extraños vienen montados en su carromato en busca de unas tablas secas sobre las que aposentarse unas horas. Entre ellos, un conocido Delinqüente, al que llaman "El Canijo, de Jeré". Van dejando un humo denso a su paso y un soniquete de guitarras y cantes.
- Para mulaaa!!! Grita alguien y el grupo comienza a desplegar los bártulos sobre el escenario. Tiran los cables de bombillas, los pañuelos de lunares, extienden una alfombra calentita. Ah! y la cachimba, que no falte. Con todo desplegado lo siguiente son las guitarras, el bajo, la batería y el resto de instrumentos para empezar el espectáculo.
Y el espectáculo es una mezcla de proyecto extraterrestre, cósmico y humanoide que dura casi dos horas. Y en el que es imposible no dejarnos llevar al ritmo que suena, porque No Paramos de Mover las Manos y de sonreir mientras esas letras pegadizas nos llegan hasta el alma para imaginarnos en cualquier pueblo del sur, sentados a la sombra, pasando la tarde repitiendo una y otra vez los estribillos de este Pequeño Comediante que tan pronto te apunta con una pistola de juguete como te mira directamente a los ojos para revelarte la fórmula para sonreir Si Te Pones Triste.
Un comediante que no olvida de donde viene y como, a veces, recordar el pasado no es malo, porque el verde rebelde siempre vuelve y porque seguimos viviendo en la época iconoclasta. Por eso recordamos canciones de otros momentos y la gente que llena la Sala But se vuelve loca cantando esos himnos. El Sentimiento de Caoba nos acaricia mientras El Aire de la Calle nos pone los pelos de punta
El juego de las sillas nos acerca al final del concierto, es el momento de saludar a los amigos, de compartir la felicidad con ellos, por eso aparece Jairo Muchachito, por eso el Langui improvisa al ritmo garrapatero, por eso Tomasito taconea hasta que se le caen los pantalones, por eso los Canteca bailan mezclaos entre la gente... Por eso La Primavera Trompetera ya llegó, aunque estemos en pleno invierno, porque nunca se ha ido, está dentro de todos y cada uno de nosotros.
El escenario es una fiesta, nadie se quiere bajar, todos quieren participar de El Nuevo Despertar de la Farándula Cósmica. Ese despertar que, terminado el concierto, nos hace compartir una birra y un poquito de charla con David "El Indio" de Vetusta recordando su pedazo de año, o que provoca que nos echemos unas risas con Jairo recordando Sziget, para terminar invitándonos a tomar algo con todos los compadres. Punto y seguido para El Canijo y su gente con la que seguiremos compartiendo noches porque nos hacen sacar ese Pirata del Estrecho que todos llevamos dentro. Nos vemos en las tocatas!
J&B y kboy
Canijeando por Madrid
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