Amaneció el día despejado y con una temperatura agradable, que nos acompañó durante los 3 días de festival. Tras un baño en la playa para refrescarnos y degustar las deliciosas piadinas de la zona, nos dirigimos hacía el recinto de conciertos, ya que hoy el comienzo de las actuaciones empezaban 1 hora antes que el día anterior.
Les toco la papeleta de abrir el escenario, a los boloñeses Linterno. Poco se puede hacer en 15 minutos de actuación (ya comentamos anteriormente nuestra opinión al respecto de este tema…), pero a pesar de ello, les dio tiempo más que suficiente para mostrarnos sus canciones hardcore y sus ritmos melódicos. La verdad, que nos supo a poco, así que lo ponemos en la lista de grupos pendientes para otra ocasión.
A continuación y tras un rápido cambio del stage, le tocaba turno a 7 Years. Se presentaron sobre el escenario como una banda de la costa oeste… de Livorno. Al igual que sus paisanos de Linterno no disfrutaron de mucho tiempo, pero a ellos no pareció importales. Canciones rápidas, coros melódicos que dieron para un setlist bastante equilibrado. Cerraron con “Tell Me A Story” cuyos coros pegadizos sirvieron para dejar a los que allí ya se congregaban, con buen sabor de boca.
Fue salir los milaneses de Andead al escenario y el público se quedó frío. No sé cuál fue el motivo, pero lo que es verdad, es que ese feeling público-artista que hubo en otras actuaciones, no se consiguió durante el show de los norteños. A pesar de ser una banda consagrada desde 2007 y tener un estilo muy ramonero, no lograron dar la vuelta a la situación, y su actuación en el BayFest pasó un poco desapercibida.
Si hablábamos de frialdad con Andead, todo lo contrario sucedió con Shandon. Sinceramente, he de reconocer que era una banda a la que había escuchado muy poco, pero solo necesite 1 minuto de su primera canción para reconocer el mérito de estos divertidos lombardos. Las tablas que tienen sobre el escenario ayudan a conseguir un equilibrio y puesta en escena espectacular, que complementan majestuosamente con la sección de vientos que llevan. El ska-core que interpretan, no dejó a nadie indiferente y consiguió poner a bailar y saltar a toda la audiencia que a esas horas ya comenzaba a llenar el recinto.
Tras el ska movidito de Shandon, llegaba el turno de uno de uno de los platos fuertes, en mi opinión, del día. Ni más ni menos que Good Riddance. Los de Santa Cruz, comenzaron el show como ellos mejor saben hacer, a toda velocidad y con una declaración de intenciones. “Heresy, Hypocrisy and Revenge”, sirvió de pistoletazo de salida para el huracán que nos esperaba en la hora de actuación que tenían planificada. Good Riddance, es un grupo de pocas palabras, así que se dedicaron hacer lo que mejor saben: Tocar. Tras el incendiario comienzo, continuaron con un bloque en la que no faltaron “Letters Home”, “Half Measures”, “Blue Black Eyes” y la ya histórica “Salt”. Tras este comienzo ilusionante, dieron rienda suelta a los coros, con el temazo “Shadows of Defeat”. La energía que derrochaban sobre el escenario era palpable en todo momento. No paraban de lado a lado tanto Russ, Luke y Chuck, algo que nos dificultó conseguir capturar una buena instantánea, pero que favoreció el show que llevaron a cabo. El setlist fue equilibrado, combinaron antiguas canciones con las del último álbum. Precisamente, con la intro del bajo en “Disputatio” se alcanzó el momento álgido, que pudo mantenerse tras encadenar seguidamente “Mother Superior” la cual fue cantada por la multitud. Con el público completamente entregado, se dio paso a la parte final del concierto, en la cual, incluyeron “Dry Season”, “One for the Braves”, “Files First Class” y “Last Believer”. Para finalizar, no podían haber elegido mejor canción, “Shit-Talking Capitalist”, toda una declaración de principios muy acorde con la filosofía del grupo y que sirvió para dejarnos a todos los asistentes con un muy buen sabor de boca, aunque posiblemente, con la sensación de que media hora más de concierto hubiese sido un broche perfecto para la velada de los californianos.
Ya metidos en harina en la parte hardcore del segundo día del festival (nunca mejor dicho lo de la harina, por la polvareda que levantó Good Riddance), nos dimos cuenta tras ver caer la lona sobre el escenario lo que nos esperaba a continuación. PENNYWISE. Cuando todavía estábamos recuperándonos del movido concierto de Good Riddance, no podíamos imaginar lo que se nos avecinaba sobre nosotros.
Antes de nada diré que, Pennywise siempre los había tenido como un grupo de altibajos, no terminaban de convencerme en directo, podíamos decir, que los tenía dentro una segunda línea de fuego de grupos de hardcore melódico americano. Bueno, pues bien, después de lo visto sobre el escenario en el Bay Fest, esta banda tiene todo mi respeto y ha pasado a una primerísima línea de fuego en la cual, no dejan títere con cabeza.
Tras una pequeña intro, Jim Lindberg y los suyos saltaron al escenario como perros encerrados durante un mes. Rabia, pasión, velocidad y sobre todo, aptitud, esas podían ser los santo y seña que mostraron los de Hermosa Beach durante todo el concierto. Con un sonido equilibrado y contundente (en mi opinión, el mejor sonido de todo el Bay Fest), comenzaron con “Wouldn´t it be nice” para seguir con “Can´t believe it”, donde se desató la locura total. Un infernal moshpit, comenzó a formarse en la segunda canción del setlist, mientras Pennywise seguía haciendo de las suyas con “Fight till you die”, “My Own Country”, “Peaceful Day” y la siempre movida versión de los Ramones “Blitzkrieg Bob”. Tan perfecto fue el concierto, que controlaron perfectamente al milímetro hasta los tiempos del mismo.
Tras el jolgorio inicial, dieron paso a un bloque de covers más tranquilos, pero que interpretaron con la misma maestría que las canciones anteriores, “T.N.T” de AC-DC, “(You Gotta) Fight for your rights (To Party)” de Beastie Boys y la imprescindible “Stand by Me”, sirvió para que la fiesta de Pennywise prosiguiese. La guinda a este memorable concierto, no podía ser otra, que finalizar con un tríptico que terminó (si es que todavía no lo estaba), por poner patas arriba al público.
“Society”, “Fuck Authority” y “Bro Hymn”, este último el cual dedicaron a Chester (Linkin Park) y a Jason Thirsk (bajista originario de la banda y tristemente fallecido en 1996), cerraron una increíble actuación, y que en mi opinión, sirvió para dejar a PENNYWISE como grandes triunfadores del festival junto a Anti-Flag.
Después del increíble concierto de Pennywise, le tocaba tomar la alternativa, al profesor y su banda. Las leyendas del punk rock: Bad Religion. Comenzaron la actuación con “American Jesus” la cual, sirvió para encender a la audiencia desde el primer momento, y conseguir que las sinergias entre banda y público durasen todo el show. Después de eso, continuaron con “New Dark Ages”, “Do what you want”, “Atomic Garden”. Una vez que la banda ya estaba en mitad de la actuación se podía distinguir claramente el rol de alguno de los integrantes, Brian Baker figura (impresionante en los solos), Greg Graffin maestro y Jay Bentley el showman. La mitad del setlist comenzó con “I want to conquer the world”, “Fuck you”, “Come join us” canciones que mantuvieron el nivel alto del concierto, mientras el público coreaba todas y cada una de las canciones que interpretaban los angelinos. La parte final de show, sería la de los grandes hits: “Los Angeles is Burning”, “21st Century (Digital Boy)”, “Generator”, “Sorrow” y “Punk Rock Song”, que antecedieron a los bises “The Handshake”, “Infected”, “Fuck Armageddon… this is hell”. Gran concierto de los de la costa oeste, que sirvió de cierre para la segunda jornada del BayFest.
Saltimpunki
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