
Cuando hace unos meses acompañé los chicos de WonderOnce al Metal Woman Fest, no pensaba que repetiría la experiencia, o por lo menos no tan pronto. Debido a que se cayera una banda del cartel del Aquelarre, los Wondercitos se vieron ante un reto de otra envergadura: convencer a un público más exigente y codearse con bandas de primer nivel como Vita Imana o Guadaña.
Tal como pasó en el anterior viaje, quedamos en el mismo sitio para salir, se nota que ya tenemos más confianza, y después de fuertes abrazos recojo los Carambars que me trajo Jenny (los Carambars son caramelos franceses que tienen forma de palo y un chiste dentro). Arrancamos y después de la experiencia vivida en el anterior viaje decido mandar un mensaje por facebook a los chicos para que contemplen la idea de comer algo… y me escuchan. Una parada y un buen bocata, y me siento con fuerza para aguantar lo que se está preparando. Seguimos el viaje con el Facebook Live de rigor, y un ambiente distendido.
A pesar de ser los últimos en tocar aquel día, somos de los primeros en llegar. Están los compañeros de Red Soil ya descargando el material. Charlamos un poco, y las demás bandas van llegando entre ellos Vita Imana con una cantidad de merchandising impresionante.
Un breve pasoó por el hotel, cambiarse, y vuelta a la sala el espectáculo está a punto de empezar.

La siguiente banda en el escenario fue Six Burning Knives, pura descarga de metal agresivo, no puedo catalogarlo, pero la banda empezó fuerte y arrasó. No sé si era hardcore, punk, metalcore, pero me dejaron despeinado. Riffs asesinos, voz desgarrada y batería que no para. El público sequía un poco apagado, pero poco a poco se animaba. La banda da un repaso a su primer álbum Knife Therapy, y su anterior Ep VI, en el que demuestran su evolución y su potencial creativo y agresivo. Puedo reconocer que su estilo no es de mis favoritos, pero me gustaron mucho, y procuraré darle una escucha a su trabajo para comprobar si mantiene el tipo frente al directo demoledor vivido.


Pero no me quedé viendo su actuación, ya que me fui con los chicos de WonderOnce a cenar al Bocatica y +. El ambiente está tenso. La banda se acaba de enterar de que a los demás les están recortando tiempo, y están haciendo malabarismos para saber si a la hora de tocar hace falta recortar, qué tema eliminar. Por muchas vueltas que le den, 40 minutos es lo mínimo que pueden tocar, ya que sus temas son largos, y se enlazan unos con otros. La comida sigue así, con algunas risas también, pero sería el principio de una noche agónica para ellos, con esta incertidumbre.



Desgranaron un amplia muestra sus trabajos anteriores y otros tantos del antes mencionado El M4l. Javier Cardoso es una bestia sobre el escenario, se tiró unas cuantas veces al público (muy numeroso), y nos gratificó con su aéreos marca de la casa. A mi gusto la canción más destacada es “Seis Almas”, que es la que más me gustó en el disco Oceanide, y que en directo es aún mejor. Pero no se pueden menospreciar otras composiciones como “Paranoia”, “Genesis” o “Animal”. Tengo que reconocer que había escuchado detenidamente el disco Oceanide, cosa que no hice todavía con El M4l, lo que provocó que no conociera muchos de los temas. A pesar de eso puedo reconocer y afirmar que Vita Imana nos entregó una actuación llena de energía, entrega y calidad. Era mi primera vez, y en cuanto pueda, no hay duda que repetiré.
La recta final de la noche, ya bien entrada la misma, fue a cargo de La Skala De Richter. Por mucho que lo intente, y que tenga simpatía por la banda, se me atragantan. No por la calidad de los temas o la actitud de la banda, simplemente porque ese género me deja bastante indiferente. Pero el público sí respondió, por lo que puedo afirmar que son solo sensaciones mías. La banda estaba grabando un videoclip en directo. Pero tengo que disculparme porque durante la recta final de su actuación estuve ayudando, y dando animo a los chicos de WonderOnce, y me perdí la parte final.
Ahora toca hablar de WonderOnce, y de esa noche que prometía ser una experiencia para disfrutar y se había convertido en un agobio constante. Esa incertidumbre sobre si la banda tocaría el tiempo que tenía previsto, incluso algunos más negativos se plantearon que no podrían tocar debido al considerable retraso acumulado. Si a eso sumamos que cuando acabó su actuación La Skala, y le toca entrar el material por la puerta trasera, esta está bloqueada por otra banda, o los problemas técnicos a la hora de acoplar su material al de la sala, el cambio se convirtió en la historia sin fin, más de cuarenta minutos de cambio, lo que provocó que el público poco a poco se fuera rindiendo.
Pero llegó el momento 4:30 de las mañana, y suena la introducción. Esta noche presencié la mejor actuación de la banda. El trabajo realizado durante los ensayos se nota, y ya se vislumbran coreografías. El setlist fue representativo con “Dragon Valley 1”, “Morrigu” o “Wolfmoon”. Pero la pieza más destacada es “Baba Yaga” en la cual Javi y Liss arrodillados en el filo del escenario, empiezan a contar la historia de la bruja desquiciada, y allí una vez más Liss deja patente su talento para además de cantar, actuar, adentrarse en el personaje, y con esa risa dar vida a Baba Yaga. No voy a seguir con superlativos. Los chicos se sacaron todo el agobio vivido durante la noche, y en lugar de venirse abajo se crecieron, una muestra más del potencial de la banda. Otro detalle importante es que la gente que los vieron en el “Metal Woman” se quedaron para volver a verlos, y todos y cada uno de los que presenciaron el inicio del concierto se quedaron hasta el final. No se fue nadie, todo el mundo se quedó embaucado.
5:15, el Aquelarre baja el telón, aún es pronto para hacer una valoración de esta edición, pero es envidiable ver que el público acudió desde el principio (atraído por cerveza y jamón gratis), y apoyaron a todas y cada una de las bandas.
La organización por parte de Andy estuvo bien con el único pero del poco respeto de los horarios, en todos los demás aspectos estuvo sobresaliente.
La Sala Garaje Beat Club me sigue pareciendo de las mejores que he visto, con su pantalla que ejerce de telón y permite disfrutar de vídeos durante los cambios. El sonido muy bueno, aunque se escucha mejor en medio de la sala, y el juego de luces es inmejorable.
Como en la anterior ocasión, el levantar de los guerreros fue de lo mejor, ojeras, algunos afónicos… Alrededor de un café se hace un repaso a la noche anterior, Andy está satisfecho, el público ha respondido con unas 400 personas en el momento de mayor afluencia. Red Soil están también felices ya que a pesar de abrir el festival tuvieron el suficiente público ante ellos, y recibieron muchos halagos por la actuación. WonderOnce a pesar de las malas sensaciones previas a subir al escenario están más que contentos ya que volvieron a conquistar corazones en Murcia.
El regreso fue tranquilo, algunos chistes, pero la gente está cansada. Ojo al dato: no paramos a comer, lo dejo caer para la próxima vez. Me entero de cosas por venir que me ilusionan, y como siempre se le da una vuelta a la actuación del día anterior, viendo cómo se podría mejorar.
Al final llegamos a Málaga, con esa misma sensación que en el viaje anterior. Viví una experiencia única. Se podrá repetir, pero será diferente.
Mescouillesenskis
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