Omara Moctar "Bombino" nació en 1980 en Tidene, un campamento tuareg al norte de Agadez. Diez años después, la primera rebelión tuareg obligó a Bombino a marchar a Argelia por seguridad. Durante ese tiempo de exilio, algunos parientes que lo visitaron acabaron dejando una guitarra, y Bombino empezó a practicar y aprender a tocarla por cuenta propia.
Más tarde, tuvo clases con Haja Bebe, un renombrado guitarrista tuareg, quién le invitó a unirse a su banda, donde él ganó el apodo de "Bombino", derivado de la palabra italiana "bambino". Mientras vivía en Argelia y Libia durante su adolescencia, Bombino y sus amigos solían ver vídeos de Jimi Hendrix, Mark Knopfler, entre otros, para aprender sus estilos. Trabajó como músico así como pastor en el desierto cerca de Trípoli.
En 1997, volvió a Agadez y entonces comenzó su vida como músico profesional. En noviembre de 2004, el ingeniero de sonido segoviano Carlos de Hita aprovechó un rodaje en el desierto de Teneré – de la película “La gran final” (2006), de Gerardo Olivares – para captar la guitarra y voz de Bombino.
El cineasta Hisham Mayet consiguió realizar una grabación de Bombino y su banda, Group Bombino, durante una presentación en una boda en 2007. Estas grabaciones, junto con varias actuaciones acústicas en el estilo dry guitar, se pueden escuchar en el álbum "Group Bombino - Guitars from Agadez , vol. 2", lanzado en 2009 por la discográfica Sublime Frequencies, de Seattle, EEUU.
En 2007, las tensiones crecieron nuevamente en Níger y acabaron explotando otra rebelión. En la esperanza de cohibir cualquier tipo de manifestación, el gobierno del país prohibió las guitarras de los tuaregs, pues el instrumento estaba siendo considerado un símbolo de la rebelión. Bombino volvió a exiliarse a Burkina Faso porque durante la segunda rebelión tuareg mataron a dos de sus músicos y él también se encontraba en peligro.
Unos años después, un casette con su música llegó a oídos del productor cinematográfico Ron Wyman, que decidió rodar un documental sobre los tuaregs, teniendo como figura central a Bombino. Su música empezó a difundirse gracias al documental "Agadez: the music and the rebellion" en 2009.
En enero de 2010, Bombino pudo finalmente regresar a su tierra natal. Para celebrar el fin de los conflictos, ocurrió un gran concierto en la base de la Gran Mezquita de Agadez, que obtuvo la bendición del Sultán. Este mismo año, Bombino viajaba a EEUU para grabar su álbum "Agadez" que sería lanzado en 2011 por sello Cumbancha Records.
En 2012, Dan Auerbach, de The Black Keys, comenzó a producir el segundo álbum de Bombino, titulado "Nomad", que sería lanzado en 2013 por Nonesuch Records, de Nueva York, EEUU.
Su tercer álbum "Azel", lanzado el año pasado, fue producido por Dave Longstreth, de Dirty Projectors, en los estudios Applehead de Woodstock, EEUU.
El pasado noviembre, durante el Festival Womad Las Palmas de Gran Canaria, tuvimos la oportunidad de charlar con Omara Moctar “Bombino”, que transmitía la serenidad y placidez del desierto en sus palabras y miradas.
De donde vengo no se dice que hay un concierto o una fiesta, se dice que hoy hay guitarra...
FESTIVALEROS!: ¿De dónde viene tu música?
OMARA MOCTAR BOMBINO: Para empezar, vengo de Níger, de la parte Norte en el desierto de una ciudad que se llama Agadez. Nací y crecí ahí con mi guitarra. Mi música de hoy se puede presentar como blues, rock en el sentido “tuareg”. Cuando digo tuareg quizás poca gente lo entienda, pero eso es un mezcla de los dos, ni es blues ni es rock. Eso es lo que hago.
F!: Hemos escuchado a tu música antes de venir, vimos conciertos de bandas como como Tinariwen y Tamikrest. ¿Estas bandas te parecen cercana de tu música?
OMB: Sí, estoy de acuerdo. Para mí, Tinariwen son los pioneros que trajeron ese tipo de música. Ellos vienen de Mali, pero al final venimos del mismo pueblo tuareg.
[Aquí podéis leer nuestra entrevista a Tamikrest]
F!: Hemos leído que te gustan mucho los guitarristas Jimi Hendrix y Mark Knopfler de Dire Straits. ¿Qué te gusta en la forma de tocar de estos músicos y qué te influenció?
OMB: La música de ellos se combina muy bien con los paisajes donde vivo en el desierto. Cuando el sol empieza a bajar, salgo para tocar la guitarra por dos horas antes que desaparezca el sol y me inspira lo que veo. Jimi tiene su manera muy personal de tocar, tiene algo especial. Él se mueve, pero su corazón está con el mástil de su guitarra. La primera vez que lo escuché estaba muy impresionado, él cierra los ojos y tiene la matemática en la cabeza y es muy agradable verlo.
Para Mark Knopfler, me estaba fijando mucho en su manera de tocar en colectivo. Hace años cuando era joven, me fui a Libia (vengo del norte de Níger, pero estamos cerca de Libia y de Argelia). Tengo primos ahí. Cuando fui, mi primo me ponía un directo de Dire Straits para escuchar. Vi esta combinación con todos los músicos, cada uno hace su solo y vuelve, y así descubrí qué es tocar en colectivo. Ellos me han dado ganas de tocar música porque es algo que se comparte. De donde vengo no se dice que hay un concierto o una fiesta, se dice que hoy hay guitarra, ni se dice que es música. La gente ha adoptado las guitarras en su cotidiano y se queda muy feliz. Es como si este instrumento nos perteneciera. Es un instrumento adoptado por la comunidad.
F!: ¿Hay otros artistas que te influenciaron?
OMB: Sí, claro. Ali Farka Touré, para mí es la inspiración clave, tiene su toque acústico, sus melodías, su toque personal, su voz y todo se conjunta perfectamente. Ali se queda en nuestros corazones. Mi abuelo y mi padre escucharon a Ali, nosotros hemos crecido con él.
F!: ¿Te has encontrado con los Rolling Stones para grabar “Hey Negrita”. ¿Nos puedes contar un poco más sobre esa experiencia?
OMB: Mira, fue mi primera experiencia en 2005. A ese época tocaba mucho la guitarra rítmica en muchas bandas en Agadez. A través de la ONG Nomad Foundation, que tiene su sede en Los Angeles, fuimos de gira a EEUU con el grupo Tidawt. Un músico de los Rolling Stones vino a nuestro concierto. Le gustó mucho y nos invitaron a tocar el tema “Hey Negrita”. Y lo hicimos. Sinceramente, en ese momento no conocíamos quién era esa gente. Venimos del desierto. Mucha gente aún no se lo cree que tocamos con los Rolling Stones. Pero, sí, es verdad. (se ríe)
F!: ¿Estás contento con el resultado de la canción?
OMB: Sí, muy contento. Fue una gran oportunidad para nosotros de abrirnos al mundo, y todo empezó por esa canción. Gracias a las pequeñas notas del solo que hago en esa canción, le ha gustado a muchos amigos y han venido a verme en Agadez. Eso fue el efecto bola de nieve. Fue el comienzo de mi carrera musical.
F!: ¿Piensas que la situación de los tuaregs en tu país ha mejorado?
OMB: Un desierto tiene muchas historias para contar. En Europa conocéis los desiertos, mucha gente viene a visitarlos. Vivo en una zona “roja”, que significa peligrosa, pero tengo varios amigos que vienen a visitarme y hay vida, hay gente que vive en mi ciudad. Aprendí el francés con la gente que venía a visitarme, no fue en la escuela. No hay que cortar zonas así, es como cortar relaciones entre las personas y no es justo. Somos acogedores, todo el mundo conoce el pueblo tuareg.
En el tiempo de Mouammar Kadhafi, todo el mundo visitaba el desierto de Libia, no había ningún problema. Ahora que han destruido a Kadhafi, pues tenemos más problemas que antes. Cuando miras la Libia actual, se convirtió en un delantal, que es una expresión que usamos para decir que cada uno vende sus cosas de forma muy egoísta, sólo para uno mismo sin mirar a los otros. Ahora todo el mundo tiene armas. Libia antes fue muy distinta y ahora es muy triste. Cuando ves la situación de los tuaregs en los otros países que no son de Níger, como Mali, Argelia y Libia puedo decir que estamos en una mejor situación. En estos 10 años los tuaregs de Níger se han integrado muy bien a nuestra sociedad. A nivel político también, hubo dos mandatos sucesivos de un primer ministro tuareg Brigi Rafini. Claro, hay aún muchas cosas por hacer en Níger, pero estamos en un país que empieza a construir y que quiere arreglar los problemas cotidianos. Espero que sigamos en este camino.
F!: ¿Cómo es la escena musical de tu país? ¿Te parece muy activa?
OMB: La escena musical, pues, empezamos a conocernos todos. Sí, puedo tocar en Níger y estoy contento, pero todas las salas no están completas. Tocar en casa para mí es un placer, es muy importante para mí poder hacerlo para no olvidar de donde vengo. Hacer giras por el mundo claro que es importante, pero saber volver a tu casa para tocar es más importante para mí.
F!: ¿Nos puedes decir algunos nombres de artistas que te gusten?
OMB: Taflawiss, Tidawt, Inerame, Takriss’m’Akal, Itrane, Toumast, Tidene, Desert Rebel.
F!: ¿Qué podemos encontrar en tu último disco “Azel”?
OMB: Intenté compilar mis experiencias musicales de mis giras mundiales con mis músicos en este disco. Cuando se comparte muchos momentos con otros artistas en gira, tienes que cambiar, dar una evolución a tu música con ellos. Es el resultado de un intercambio de momentos con mis músicos durante cuatro años, y es muy importante dar la luz a ese disco con ellos. "Azel" es también traducir mi experiencia en lugares distintos en el mundo: EEUU, Australia, Europa.
Todo eso fue muy nuevo para mí, ir a diferentes continentes para encontrar nueva gente, tocar con nueva gente. Azel significa nenúfar en el medio del agua. Azel es también para agradecer a la gente que me ayudó con mi primera maqueta. En 2004, en Agadez, yo era guía en el desierto para grupos y encontré a españoles que querían hacer un documental. Tocamos mucho para ese documental “Agadez, the Music and the Rebellion “. Ellos mismos me ayudaron a sacar una maqueta.
F!: ¿Tienes nuevos proyectos? ¿Un nuevo disco previsto?
OMB: Me gustaría mejorar la situación de la música en mi zona, quiero sensibilizar a mis amigos a afinar bien sus instrumentos. Ahí tocamos naturalmente sin afinar, “a la nature”. En Europa, hay muchos afinadores electrónicos. Nosotros no conocemos los afinadores. Cuando tocamos todos juntos con las guitarras, cada uno pone el volumen muy alto y no se afina. Tiene su punto interesante también, pero quiero sensibilizar a esa posibilidad. Podemos hacer mejores sonidos con estos pequeños afinadores electrónicos. Claro, estamos en el desierto, entonces no es tan fácil encontrarlos. Para que suene mejor, para no molestar a los clientes que vienen a escucharnos. Podemos evitar eso, yo compro afinadores cuando voy de gira pero no puedo comprar para todos los músicos de mi país. Eso sería un buen proyecto. En el desierto no estamos acostumbrados a ver tiendas de música llenas de instrumentos. Tener eso allí es un sueño. Una razón más para tener esos afinadores, para mejorar el sonido de los instrumentos.
Foto y traducción: Vincent
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