Con todo el papel vendido se presentaba la VI edición de uno de los festivales consolidados del panorama de rock estatal, el RivasRock. Podía pensarse que un festival a la semana siguiente del viñarock no es una buena idea, pues no, está visto que la gente ha comenzado la temporada festivalera con ganas. Sold out y 15000 entradas vendidas. SKA-P era el reclamo perfecto, ya que se sumaba su vuelta a los escenarios y su única actuación en la comunidad de Madrid este año.
El festival lo abrieron Yo no las Conozco y Gritando en Silencio, que fueron acumulando gente desde bien pronto a la tarde. Les debemos una a ambas formaciones, pues llegamos con el tiempo justo para los siguientes en pasar revista: Don Evaristo Páramos y su cuadrilla.
Gatillazo se subía al escenario, con un sol que permitía ya ver un Auditorio Miguel Ríos con la zona de pista apunto del lleno. A pesar de haber visto a los vitorianos la semana pasada y con la sombra de pensar que sería un concierto más de ellos, nada más lejos de la realidad. Evaristo salió con las ganas de un chiquillo. Los 50 minutos de actuación se convirtieron en un visto y no visto, que sirvió para hacer las delicias de un joven público, que no paro de moverse en todo un concierto rematado con sus genuinas jotas. que no pueden faltar dentro de su repertorio. 50 minutos de puro punk.
Y después de ver volar unos cuantos litros por los aires, ahora se subían a la palestra otros que están de vuelta. Koma. Los navarros, con Brigi a los mandos de la nave, se encargaron de repartir estopa y de la buena. Era mi primer concierto de ellos desde la vuelta, y la verdad que no defraudaron en absoluto. Con un volumen atronador, y a pesar de los primeros problemas técnicos de Brigi con los monitores, la apisonadora comenzó con la demolición. El doble bombo se podía sentir sobre los pechos de los asistentes, cual martillo percutiendo. Las guitarras sonaban afiladas como cuchillos, y la voz de Brigi hacía el resto. En la pista ya no cabía ni un alfiler y las gradas del anfiteatro comenzaban a tomar color. 70 minutos de puro metal, que sirvió para corroborar, que por Koma no pasa el tiempo. Siguen tan en forma como cuando se fueron.
Y si te refieres al RivasRock, nadie se imagina una edición del festival sin Boikot. Los de Vallecas, venían de tocar el día de antes en Valladolid, y quizás el cansancio les pudo pasar factura. Con su nueva formación al frente, Julio a las voces, Albert a la trompeta y Jano al oboe, nos deleitaron con un show muy visual. A parte de la pantalla que ya llevaban desde hace un tiempo, han añadido a la escenografía, otras pantallas modulares frontales, así como un juego de luces rotativas, que sin duda hacen que vista mucho más la puesta en escena. La verdad que con estas nuevas incorporaciones han ganado muchas cosas, pero quizás por ponerles un pero, han perdido cierta movilidad y naturalidad, al pasar de ser 4 integrantes a 8, ya que hay que tener en cuenta que también está con ellos desde hace un tiempo Xabi Arakama con la trikitixa. Sin ser el mejor de su carrera, fue un buen bolo de los madrileños. Es el problema cuando tienes el listón tan alto siempre, algún día puedes flaquear. Aunque sin duda, si alguien tiene licencia para eso y más, son ellos.
Y pasadas las 23 de la noche, llegaba el plato fuerte de la jornada. Ska-P se presentaban en Rivas siendo su segunda actuación tras la de la semana pasada en el viña. Lo primero que me gustaría reseñar es que la formación ha variado un poco respecto a los orígenes. A la batería, ahora esta Iván Guevo, debido al estado de salud de Luismi. De hecho, durante el show pudimos ver salir a Luismi a tocar un par de temas con ellos, así como a saludar al respetable. A la trompeta y violín está Juanan, que anteriormente estaba en gira con Boikot, y como elemento más llamativo, las performances de Pipi, han dejado hueco al actor Eloi Yebra, que también canta y hace coros en algunos temas.
Casi dos horas de slot, tenia Ska-P para poner del revés el auditorio Miguel Ríos. No cabía ni un alfiler, cuando aparecían sobre el escenario a la carrera los vallekanos, con PulPul al frente. Los primeros acordes de “Poder al Pueblo” sonaban y la locura se desataba. Litros volando por los aires, marabunta dejándose la voz en cada verso, pogos de generación espontanea surgían entre la multitud, parafraseando a los vallekanos, “La estampida había comenzado”. Si por algo se pudo caracterizar el repertorio fue porque sonaron todos los grandes éxitos. Si coges a un fan de Ska-P y le pides que haga un setlist de casi dos horas, no variaría mucho de lo que interpretaron los madrileños.
Hubo tiempo en el setlist para incluir algunos temas de su último disco “Game Over” como “Jake al Rey”, así como otros muy coreados por la multitud como “Mis Colegas”. Y para el final, no podían dejar otra canción, que su gran himno “El vals del obrero”. Concierto memorable del combo madrileño, que tardará en olvidarse e irse de la retina de los miles y miles de fans que se dieron cita en Rivas.
Después del concierto de SKA-P, la verdad que el auditorio se quedo temblando, ya que el aforo disminuyo considerablemente, dejando un escenario “más cómodo” para las dos últimas descargas, Zoo y Trashtucada, de este Rivas Rock, el más multitudinario de su historia.
Saltimpunki
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