Festival Vibra Balboa
En el corazón del Bierzo existe una pequeña aldea rodeada de montañas y bosques, llamada Balboa, en la que normalmente viven alrededor de 70 personas y que durante el último fin de semana de Agosto se llenó de gente con ganas de descubrir, disfrutar y vibrar gracias al festival Vibra Balboa. 

Al llegar a la aldea nos recibe un edificio llamado La Casa de las Gentes, que da una idea del espíritu comunitario que reina en el lugar. Está situado al lado del río que cuenta con una pradera a modo de playa fluvial, una palloza (antigua construcción de piedra con techo de paja típica de la zona), un escenario pequeñito, un puesto de cerveza y comida y decoración festivalera.

En ese enclave se desarrolla la parte gratuita de día del Vibra Balboa, con talleres, DJs y conciertos que no requieren de demasiada infraestructura técnica. Es el corazón del festival. Alrededor del río la gente comparte, se conoce, baila, bebe y canta. Porque llamar festival al Vibra Balboa es quedarse cortos, pues es mucho más que eso, es un encuentro, unos días en comunidad de gentes que ven el mundo de una manera distinta.

Festival Vibra Balboa

 

Como alojamiento casi todo el mundo elige dormir en furgonetas, camiones, casetas encima de camiones, coches o en tiendas de campaña en el espacio habilitado para ello. Hay duchas y baños en módulos, puntos de agua, lavadero y todo lo necesario para estar bien.

Durante el día, en cualquier rincón de la aldea hay música, bien sea del programa oficial o bien sea improvisada por guitarras, acordeones, pandereitas o por supuesto percusión de cualquier tipo (djembes o mesas de madera, todo vale). La organización se desdobla para cubrir todas las tareas que conlleva un evento que, aunque pequeño y controlado en dimensiones, requiere de mucho trabajo y esfuerzo el sacarlo adelante. Y los bares de la aldea se vuelcan también en ello.

Y más si como es el caso, la lluvia hace acto de presencia intermitente y hay que tener cintura para trasladar actividades a cubierto si es necesario. Así la lluviosa tarde del sábado la empezamos al aire libre con la selección musical de DJ Ferromona y la pasamos en La Casa de las Gentes disfrutando del genial humor absurdo de Pajarito y Fredi. Nos contagiamos de la sonrisa de La Mare, con la sala llena cantando y disfrutando esas canciones que transcurren entre la reivindicación, la celebración y el anhelo de que todos podamos ser libres y felices. O de Ombligo, dúo entre la guitarra de Ángel (con espacio destacado para su segundo instrumento, el silbido) y el violín de Anika (con alguna concesión al maravilloso charango), arriesgados músicos que dan rienda suelta al virtuosismo, el humor y la improvisación y que maravillaron al personal.

Entre concierto y concierto tuvimos tiempo de recordar a nuestros añorados Spin Te Ku, grupo ya desaparecido de la sierra norte de Madrid, pues Víctor el bajista estaba por allí, vio mi camiseta y no pudo por menos de venir a preguntar y recordar buenos tiempos. Y es que al final lo que vamos viviendo lo llevamos dentro y las vibraciones nos hacen conectar y coincidir con gente bonica en sitios bonicos como el Vibra.

Ferromona - Festival Vibra Balboa

La Mare - Festival Vibra Balboa

 


Y si el ambiente durante el día es espectacular, durante la noche comienzan los conciertos que forman el grueso del cartel musical.

Para ello no sirve con quedarse en la playa fluvial ni con desplazarse a la plaza del pueblo, no. El Vibra Balboa de noche, ya de pago, ocurre en lo alto de la montaña entre árboles, justo al lado del castillo, en un auditorio integrado en la naturaleza como nunca había visto y en un escenario construido en piedra y madera, lejos de amasijos de hierro, y acorde totalmente con el ambiente. Llegar cuesta un poquito pero merece mucho la pena.

Allí pudimos ver una pelea de clarinetes donde te contrincan a las presentantes, integrates de la brass banda Bulbalkan, que nada tiene que envidiar a otras propuestas parecidas. 

Vimos también a O Sonoro Maxín, con el acordeón y la verbena como protagonistas, ritmos latinos desde Galiza, una cumbia para usted, señora! Nos recordó bastante a nuestros queridos La Troba Kung-Fu.

La locura musical corrió a cargo de los grandes Chotokoeu, banda gallega de tintes claramente folk que te puede meter tramos metaleros, músicas del este, reggae, swing, punk, untza untza o sonidos de la terra, comandados por dos animales escénicos, al violín y al bajo.

Chotokoeu - Festival Vibra Balboa

 

No las conocíamos y nos encantaron Hafa Afrosweet, una voz y unos coros maravillosos, música que por momentos viene de afrocuba, por momentos es más funky o más afrobeat. Una mezcla muy recomendable la de las madrileñas.

Llegaron Dunkelbunt, los que por rango y trayectoria podríamos llamar cabezas de cartel del festival. Me pasó con ellos lo mismo que cuando les he visto en sitios como Iboga. Me dejan frío, llevan demasiadas cosas grabadas y la mezcla entre la voz hindi y la cantante italiana no me acaba de convencer. Por separado son grandes músicos, y Dunkelbunt es un gran productor y DJ, el viernes noche lo demostró, pero en directo me siguen sin llegar y el Vibra no fue una excepción.

Los que sí llenaron todo el espacio desde el segundo cero en el que pisaron el escenario fueron Fanfarria Taquikardia. Todos los grandes clásicos de la música balkan que conocemos sonaron, y muchos más ritmos y composiciones de esta fanfare con sombreros y chalecos que bien pudieran haber nacido en Rumanía pero que vienen de las Rías Baixas. Las trompetas volvieron a resonar en la montaña, como debe ser.

Fanfarria Taquikardia - Festival Vibra Balboa

 

Cerró la fiesta el sábado noche Hadri Hache al pinchamiento, partiendo de ritmos irlandeses mezclados con electrónica y apurando la música en la noche de Balboa.

Es una pena que no pudiéramos asistir a la jornada que todavía quedaba el domingo con La Troje, ni a las del jueves y viernes de tarde, pero es algo que dejamos ahí para futuras ediciones.

Sobre la organización destacar la amabilidad, el buen trato, la capacidad y el currazo para que todo funcionara perfectamente a pesar de las dificultades. Y sobre la técnica destacar las palabras de uno de los encargados: "yo me preocupo de que todo salga bien alrededor, sobre el sonido y la técnica no tengo ninguna duda." Ciertamente, el sonido fue espectacular en todo momento pese a las inclemencias.

Y además comprobamos el agradecimiento sincero de todos y cada uno de los artistas al festival, lo que da a entender que se preocupan de que todo el que va al Vibra, sea público, artista o mitá y mitá, salga encantado de lo que allí sucede y se sienta parte de la familia del festival. Agradecimiento al que nos sumamos desde aquí.

Festival Vibra Balboa


Un festival cuyos principios y valores están claros: 

Feminismo, no de boquilla sino de hechos, ya que el porcentaje mujeres es más que mayoritario en todos los ámbitos del festival: artistas, técnicas, logística, barras, organización...

Ecologismo, apostando por un entorno de cero plásticos y cero basura con acciones como que el típico vaso reutilizable de todos los festis te lo puedes llevar de casa y así no gastar uno nuevo, con lo que la palabra "reutilizable" adquiere todo su sentido y no es un término más para cobrarte obligado por otro vaso que apilar o tirar si no lo queires. ¿Para cuándo esta opción en todos los festivales?. Además hay contenedores por todos lados, hay ceniceros portátiles para evitar colillas y otra medida a aplaudir: en el festival hay puntos suficientes de agua y no se venden botellitas. Además la cerveza que se vende es artesanal, local, rica y a precio razonable, Cervexa AleAlé.

Diversidad, el cartel de grupos y músicas globales se explica sólo en este aspecto.

Un lugar en el que la música se fusiona con la música, con la naturaleza y con las personas. Una magia difícil de explicar con palabras la del Vibra Balboa.

...y que vibre Balboa por muchos años más!

kboy

Festival Vibra Balboa

 

Gracias por compartir:

Comenta por favor!

Hay 0 comentarios hasta ahora. Añade algo ;)