Bad Religion celebró su 45 aniversario en Madrid

Martes y 13. Los supersticiosos dirán que no es un buen día para hacer nada, pero una vez más, los tópicos se fueron a la lona. Tal día fue cuando Bad Religión demostró por qué llevan 45 años haciendo lo que les da la gana.

El martes 13 era el día en el que la gira con motivo del 45 aniversario de los americanos pasaba por Madrid. Estaban acompañándolos los canadienses Belvedere, Crim, Strung Out y Agnostic Front. Casi nada.

Debido al comienzo tan temprano del concierto en día laborable, no tuvimos la ocasión de ver las actuaciones de Belvedere y Crim, así que nos centraremos en contar lo que vimos con Strung Out, Agnostic Front y Bad Religión.

A las 19 puntuales comenzaban los de Simi Valley. Tras unas primeras canciones donde no sonó todo como debería, enseguida el combo americano comenzó a mostrar su cara más reconocible. Batería en modo apisonadora, Cruz dejándose la voz en cada canción y el resto de la banda acompañándolos y mejorando lo que sonaba encima del escenario. Tenía poco menos de 45 minutos y lo aprovecharon al máximo. Canciones muy bien ejecutadas, sin altibajos. Potencia y aplomo como solo las bandas con experiencia saben hacer, y un rush final que dejó al público con muy buen sabor de boca. Lo bueno, sí, breve, dos veces bueno.

Sabíamos que lo que venía, no defraudaría, pero tampoco sorprendería. Una de cal y otra de arena. Los neoyorquinos, podemos decir, que no dieron su mejor concierto. Supongo que cuando ya llevas tantos años en esto, te puedes tomar (casi) todo tipo de licencias. No sé yo, si los fans de la banda vieron con buenos ojos versiones de los Ramones en un concierto de ellos. Quizás en otro entorno y con más tiempo para la recreación, pudiese gustar, pero no en un concierto muy limitado de tiempo.  Dicho esto, no faltaron los grandes hits de la banda y su actitud encima del escenario como siempre, sobresaliente.

Y por fin, los grandes invitados a la fiesta. Pocas bandas pueden decir, que llevan 45 años en esto. Y 45 años haciendo lo que les da la gana, menos. Pues sí, una vez más, lo hicieron, y muy bien. Con Bad Religión, la sensación siempre es la misma, cada nuevo concierto es mejor que el anterior. Sobriedad, un sonido impoluto y un mensaje que, por mucho que pasen los años, sigue con la misma reivindicación y sutileza. Tienen tantos grandes temas, que les da igual el repertorio que hagan que siempre dejaran a sus fans contentos. La gente se quiso sumar a la fiesta, y lo dio todo. Hacía tiempo que no venía pogos tan intensos y rápidos. Es más, a más de uno, literalmente, el pogo le devoró. Magullado, pero seguro que se fue a su casa feliz. Como felices, nos fuimos todos los que acudimos a una nueva exhibición de Bad Religión, en los que, por mucho que pasen los años, gozan de una salud musical excelente.


Saltimpunki









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