Linaje vuelve a colgar el cartel de sold-out en Madrid. Da igual cuando leas eso. La banda del hijo del Kutxi... Perdón, dejemos los clichés. Linaje, el fenómeno Navarro que no hace más que crecer, volvía por cuarta vez en menos de ocho meses a la capital. Y por cuarta vez llenaban la sala. Esta vez fue la Changó. Sorprendente? Depende. Veamos por qué.

Revisemos el público que, por ejemplo, abarrotaban y gritaban las letras de su disco 'Desataron a los Perros'. Entre la mayoría, chavales de la edad de los cinco del escenario. Pero también mucho "adulto". Mucha camiseta de Marea. Mucha indumentaria negra y mucho sabor del rock "a la antigua". Está claro que la fórmula funciona. Eso también da igual cuando lo leas.

Sigamos... Saber estar en el escenario. Eso se tiene o no se tiene. Y Aarón lo tiene. Ha cogido antes en sus manos un micro que un biberón. Ha visto y ha crecido aprendiendo de uno de los mejores. Fácil, no? Desde luego que no. Hay que subirse ahí. Hay que ponerse delante del foco y hay que saber hacerlo. Y Aarón lo sabe hacer. Es inevitable verlo y pensar lo que (casi) todo el mundo piensa. Sí, se parece a... No hay duda de que es hijo de... Pero chico, están empezando. Tiempo tienen de quitarse esa mochila que no hay duda de que es grande.

Vamos con otra... Manejo de los tiempos y complicidad. Otra nota más que alta para Linaje. No sólo Aarón, Cuiri, Asier, Aimar y Alain. El grupo funciona. Las miradas funcionan, las sonrisas funcionan. Y todo eso se traslada desde el escenario hasta la gente. El set-list está más que pensado. No es casualidad que se empiece con "Ay, Morena mía". Tampoco que luego se continúe con "Desataron a los perros" y demás canciones del disco. Ni mucho menos están improvisadas las versiones. Toda la sala esperaba que sonara Barricada, toda la sala esperaba a Los Suaves y toda la sala esperaba que aparecieran las colaboraciones.

Más discutible es el show de la llamada en directo. Los tiempos están cambiando pero intentar que se escuche por un micro de sala lo que te están diciendo en el móvil es más que complicado. El ambiente se enfría aunque te digan que ya tienen fecha cerrada en La Riviera. Y se enfría más al parar más de diez minutos para que compres las entradas para esa fecha y ya de paso descansar un poco. Eso sólo le saldría bien al Robe y no lo tengo tan claro.

Ese tipo de cosas son las que te hacen dudar sobre ellos. La Riviera? En serio? Las etapas hay que quemarlas pero paso a paso. No se puede conquistar el Everest sin antes haber coronado un 5000, un 7000 y hasta algún 8000. Llenarán, seguro. Como han llenado en sus cuatro conciertos en Madrid, pero sigue siendo demasiado pronto.

Saxos, violes y una segunda parte del show con algún altibajo y algún parón que vuelve a enfriar a la gente. Como siempre, lo mejor para el final. Sonó el euskera en Madrid una vez más. Y qué bien suena! Y una última canción que te deja en lo más alto con la sensación de que si Linaje se centran en la música y se olvidan de lo de alrededor van a llegar hasta donde quieran... O por lo menos hasta La Riviera.

Ah! Por cierto... Está bien querer tener las mejores imágenes de tu show pero lo del cámara grabando a un centímetro de los músicos encima del escenario sobra. Sobra porque el público quiere ver al grupo y no quiere que haya por el medio pululando alguien ajeno. Y sobra porque molesta y es una falta de respeto al resto de compañeros de profesión que han ido a capturar momentos del concierto. Puedes salir puntualmente, pero no puedes aparecer tanto que hasta molestes a los propios músicos. Pero seguro que eso también lo corregirán para los siguientes. Verdad?

J&B



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