Nuestra segunda parada en la ruta de festivales húngaros del verano ha sido el pueblo de Zamardi. Una parada obligatoria a partir del año pasado y por la que hemos estado esperando todo un año, tras el buen sabor de boca que nos dejó en 2018 el Balaton Sound.
Con la expectación por las nubes y cargados, en esta nueva edición, de secuaces que nos acompañaron durante varios días del festival, arrancamos un prometedor Balaton Sound. Y sin dudas nos ha demostrado que sigue a la altura de pasadas ediciones.
EL FESTIVAL
Al igual que el año pasado, el festival cuenta con un montón de géneros electrónicos en sus distintos escenarios. Salvo algunas excepciones como pueden ser el artista colombiano J Balvin, quien trajo Reggaeton al festival. Por desgracia, debido a problemas de logística, sólo pudo actuar veinte minutos. Una verdadera lástima para sus seguidores, que no fueron pocos, ya que en Hungría el tirón de la música latina está siendo enorme en los últimos años.Nos encantó ver que siguen mejorando las fiestas en el barco, que, aunque van aparte de la entrada al festival, las fiestas merecen cada euro pagado. Todos los días, saliendo del puerto del pueblo vecino Siofok, navega el barco cargado de musicón hasta el festival. Este año el dj argentino Matador colgó el cartel de lleno bastantes días antes de su actuación, lo que nos indica que están funcionando fenomenal aunque, tristemente, no hemos tenido oportunidad de poder subir en el barco aún. Lo ponemos en la lista de cosas para próximas ediciones.
Al igual que otros años y como ocurre en todos los festivales organizados por el equipo de Sziget (Balaton, Volt, Snow Attack...), los cabezas de cartel tocan en el Main stage hasta las once de la noche, dando paso posterior a varios escenarios distribuidos por el festival donde la fiesta se prolonga hasta entrada bien entrada la mañana. Esto mismo es lo que aporta encanto al festival, ya que cada escenario tiene artistas en cartel de diferentes estilos y desplazarse de escenario en escenario provoca ese cambio que tanto encanta a los españoles, como cuando cambiamos de bar.
Por supuesto tenemos que destacar el buen rollo que siguen transmitiendo los festivales, y es que la gente es increíblemente simpática y abierta. Estar en los conciertos tranquilamente sin discusiones, conociendo a la gente venida de todo el mundo haciendo amigos, es una de las sensaciones que más disfrutamos.
Durante nuestra estancia tuvimos la sensación de que el objetivo del festival es atraer a un público internacional principalmente joven, nos encontramos muchísima gente que estaba trabajando o estudiando en hungría como es nuestro caso. En total según cifras oficiales la asistencia fue un total de 175.000 personas, una cifra muy alta que ha batido el récord de asistencia un año más, creciendo en torno a 10.000 personas respecto al año anterior.
Hemos de remarcar que es uno de los festivales mejor organizados que hemos visto. Ya desde el año pasado nos encanta la distribución de escenarios, lugares y variedad de comida, y por supuesto recinto y entorno, estar a orillas del lago Balaton multiplica las posibilidades. Esto mismo está atrayendo cada vez más público internacional y a su vez crece la necesidad de contar con artistas de gran renombre en el panorama de la electrónica actual.
Sin embargo, tenemos que destacar un problema que hemos detectado a nivel organizativo. En varias ocasiones hemos preguntado al personal del Balaton por dudas que teníamos. Una de ellas fue preguntar hasta en cinco ocasiones por si había alguna oficina de objetos perdidos, ya que en uno de los días perdimos la tarjeta de débito y tratamos de recuperarla. La información que obtuvimos de todo el personal al que preguntamos fue: que no sabían nada, no querían saberlo o daban información equivocada. Quizás si se dieran unas nociones básicas a todo el personal del festival acerca de determinados elementos o actuaciones estilo “Preguntas frecuentes” podrían resolver problemas de este tipo. Aunque fuesen en un simple email.
LA MÚSICA
Musicalmente, con la talla de los artistas que había, poco podemos añadir.The Chainsmokers, Marshmello, Armin Van Buuren, Tiesto, Alesso, Nicky Romero, Don Diablo, Timmy Trumpet.... Del que nos gustaría destacar a Armin, por el pedazo de cierre de día que se marcó. Nos dejó increíblemente alucinados y unas ganas tremendas de poder verle de nuevo.
Cada vez más artistas con una calidad increíble junto con artistas locales que han hecho vibrar el suelo del Balaton del que también destacaremos los fiestones que vivimos en la casa Bacardi de la mano de Elrow y su Nomads que abrieron el festival de la mano del húngaro ADX y por el que pasaron los grandes Paul Kalkbrenner, Nick Curly o Claptone así como los españoles Wade, Tony Varga, Marc Maya y Rafa Barrios.
El resultado de este gran crecimiento por supuesto ha resultado en incremento de precios y es que poco a poco, el precio de los abonos ha ido subiendo, haciendo que el festival tenga que crecer internacionalmente y atraer a jóvenes de otros países ya que el precio se está volviendo un punto bloqueante para alguien que trabaja en Hungría aunque ciertamente confirmamos que siguen por buen camino y el éxito de esta edición deja claro que este es el camino a seguir.
Creednos si os decimos que este festival va a ser una parada anual obligatoria de nuestra ruta veraniega.
Guille
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