Dania Dévora, directora de los festivales WOMAD en España y Portugal, comentó que el balance fue muy positivo y valoró “el hecho de que haya sido el primer festival WOMAD que se celebra tras la pandemia” y que por fin “hayamos podido hacerlo disfrutando de una manera muy similar a lo que conocemos como normalidad, es decir, de pie y con la posibilidad de bailar”. La afluencia de público “ha sido extraordinaria durante los cuatro días” a pesar de las restricciones y pudimos observar un gran civismo de los asistentes.
Después de estos cuatro días intensos de música de muchos rincones del mundo, destacamos los siguientes:
Noura Mint Seymali nos trajo su fascinante fusión de antiguas tradiciones musicales de Mauritania con música moderna. Originaria de familia griot, además de deleitarnos con su habilidad vocal, tocó con destreza el ardin, instrumento de cuerdas propio de Mauritania y tocado solo por mujeres.
My Baby llegaron desde Amsterdam con una mezcla de blues, country, soul y funk. Impresionante como esos 3 músicos parecían multiplicarse en el escenario y con pocos acordes podían crear una atmósfera electrónica y altamente bailable. Fue la feliz sorpresa descubrir esta banda y disfrutar de su intenso directo. Nos quedamos con ganas de más.
Trio da Kali nos llevaron por un viaje a las raíces de la cultura griot, de la cual son provenientes, más específicamente los griots de la cultura Mandé, del sur de Mali. Su música se sostiene principalmente en el balafón, tocado con destreza por Lassana Diabaté, acompañado por Mamadou Kouyaté con el n'goni y la poderosa voz de Hawa Kassé Mady Diabaté.
El grupo franco-marroquí Bab L’ Bluz nos llevó en un viaje por el Sahara a través de su rock con influencias del blues del norte de África, música gnawa, funk y música chaabi. Liderado por Yousra Mansour, cantante e intérprete de guembri y awisha, que personifica una mezcla de guerrera bereber y Jimi Hendrix, no dejo al público impasible durante su enérgico directo.
El público no paró de saltar y bailar durante la explosiva actuación de Dubioza Kolektiv que empezó su concierto con fuerza total y siguió así hasta el final. Como siempre, Dubioza nos regaló un directo intenso con su música de los Balcanes con influencias de ska, punk, reggae, electrónica, hip-hop. Acabamos felices y con la adrenalina a tope.
Wilfried Luzele es un artista congolés altamente activo en la escena cultural alternativa de Kinshasa y eso se ve reflejado en los directos de su personificación Lova Lova. Este mago de túnica roja y gafas cyberpunk, que lidera un trío de dos bajos y un baterista, despega hacia tierras fantasmagóricas mientras predica enérgicamente en lingala, kikongo y francés. Lova Lova y su banda destilaron rock, con ragga, afropunk y elementos de la música tradicional congolesa. ¡Una experiencia única para cerrar con llave de oro el festival!
Jorge Hernández Duarte, presidente de la Fundación Canaria Yrichen, encargado de leer el manifiesto WOMAD LPGC 2021, hablo sobre los graves estragos causados por la pandemia y por el volcán La Cumbre Vieja en la isla de La Palma y la solidaridad. Así concluyó su discurso: "El WOMAD también es un movimiento, un movimiento que intenta entrelazar las culturas del mundo para que todas las personas nos conozcamos mejor, nos admiremos, nos respetemos y consigamos hacer más humano este planeta. Empecemos por aquí mismo, por esta ciudad, por esta isla que estos días abraza al mundo."
¡Nos vemos el año que viene!
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