Teníamos curiosidad por conocer el festival, ya que, a pesar de su corta edad, habíamos recibido muy buenas críticas. Y por fortuna, este año pudimos corroborarlo. Es un lujo poder contar con un recinto en mitad de una población, rodeado de un entorno natural tan bonito como el parque Monterrón de Mondragón. Un festival de pequeño formato, en el que se respira buen ambiente y cultura musical a partes iguales.
Lo primero que pudimos observar al llegar al recinto fue la magia del lugar. Un pequeño anfiteatro recogido en mitad de una arboleda con sensación de tener a artistas de primer nivel al lado tuyo. Salvaguardando las distancias, podíamos definir el recinto como un mini punk rock holiday. Es tan particular el recinto, que hasta la zona más próxima al escenario está elegida para unos pocos valientes dispuestos a disfrutar de los pogos, ya que se trata de un semicírculo de dimensiones reducidas con suelo de hierba. Ha sido todo un acierto por parte de la gente de HFMN descubrir esta joyita.
Otro acierto total, y que merece la pena resaltar, es lo rápido que fueron los cambios entre grupos. Evitando perder el ritmo, y consiguiendo mantener a la gente enchufada en todo momento. La mayoría de la configuración del escenario estaba lista, y simplemente era cambiar batería y microfonía.
En lo puramente musical, las expectativas eran altas, ya que el cartel, así lo decía. Disfrutamos como locos con el combo de Special Crew, sobre todo cuando se atrevieron a versionar a los padres del hardcore Agnostic Front. Continuamos sorprendidos, con las tablas de Rotten XIII a pesar de su corta trayectoria y con el chorro de voz de su frontman. Mostramos nuestros respetos ante unas leyendas del punk como son los UK Subs, que con 70 años siguen demostrando una actitud desafiante cuál adolescente. Se nos cayó la baba con Perkele, al comprobar que sólo con 3 miembros pueden hacer tan buena música y sobre todo poner a un recinto a corear las canciones como si fuese un estadio de futbol. Salimos intactos de la centrifugadora que es Sick of it all, a pesar de alguna entrada al pogo con el pie cambiado. Y para finalizar el primer día, nos divertimos como niños con el ska más bailongo de Bad Manners.
Para el segundo día las fuerzas ya flaqueaban, pero al ver en el cartel a The Interrupters, se nos olvidaba todo el cansancio. Los californianos venían con rodaje y cerraban gira en Mondragón. Tras las buenas críticas recibidas por el concierto de Madrid, la gente les tenía ganas. Pero antes de todo eso, quedaba mucha tela por cortar.
Las británicas de Mad of Ace nos embelesaron con su descaro e hicieron bueno el lema: “Girls to the front”. La locura de Svetlanas no dejó indiferente a nadie. Hell Beer Boys pusieron a corear sus himnos como si estuvieran en la Oktoberfest. La vitalidad de Subterranean Kids nos hizo botar como cuando teníamos 16 años. El festival continuaba y lo mejor quedaba por llegar.
Pero haremos un capítulo aparte, para los dos últimos conciertos del festi. Arkada Social, tenían el listón alto, después de la que liaron Des-kontrol el año pasado (algunos de sus miembros son compartidos en ambas bandas). Se notaba que jugaban en casa y que la gente había venido por ellos. Se nota que tienen tablas en esto. Desde el primer acorde tuvieron a todo el público enchufado, y si alguno quedaba por enchufarse, la descarga le llegó cuando saltó Fermín Muguruza al escenario para hacerse un par de versiones de Kortatu. La locura se desató a ritmo de Zu atrapatu arte. La guinda del pastel del show de los vascos la puso otro veterano en estas guerras. Podri de Ratzinger, saltó a la palestra para detonar los oídos de los asistentes en “Miles de cadáveres”. A ritmo del “You,ll never walk alone”, se despedían los locales como auténticos héroes.
Con el listón muy alto, les tocaba salir al cabeza de cartel del sábado. Nada más y nada menos, que The Interrupters. Y vaya que si cumplieron…
Es admirable la energía, el positivismo y el buen rollo que se desprenden en sus conciertos. Lo de la voz de Aimee en todo el concierto, sin ningún altibajo, a pesar de no parar de moverse todo el rato, eso ya es para nota. Se nota que llevaban rodaje porque se les ve muy sueltos encima del escenario. Es una producción medida al milímetro, y que te hace tenerte en lo más alto durante su actuación. El concierto se pasó volando. Y es que con gratas sorpresas como el cover de Sorrow de Bad Religion que tocaron o temazos como “Afterthougt” u “On a Turntable”, todo es más fácil. A ritmo de “She´s Kerosene” y bajo una lluvia de papelitos rosas volando por los aires, se despedían de Mondragón, dando las gracias en Euskera y emplazándonos a volver a vernos pronto, como todas las familias cuando se despiden.
Podemos decir que a pesar de su corta trayectoria, el Mondra&Roll ya se ha confirmado como una realidad dentro del panorama punk-rock internacional dentro de este país.
¡Larga vida al Mondra!
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