Crónica+sziget 2015
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Un festival, una Isla y un montón de aventuras por correr. 

Haz amigos, consigue hidratación, esquiva los peligros y comparte tu alegría. Mantén a tope tu flow mientras recorres los caminos de la Isla. Vigila tus niveles de cerveza o te quedarás sin energía. Date prisa que el concierto está a punto de empezar!

¿Serás capaz de llegar a tiempo al Escenario Principal? Descúbrelo!

Aquí tienes la primera misión de Festival Adventure:

Beer Racing!!

Ponlo en HD para verlo un poquito mejor ;)
Grabado en Sziget Festival Budapest 2015

Festivaleros!

Algunos me conocéis como Dr. P, pero en el Sziget de este año me han rebautizado como "el disfrutón", y no le faltaba razón a la buena de Vicky cuando me lo dijo, porque me encanta disfrutar al máximo de todo lo que pueda. La vida es demasiado corta y todo lo que podamos disfrutar es bienvenido. Pero basta de filosofía barata porque al fin y al cabo aquí estamos para hablar de festivales, de música y como escribió tan bien en su post el gran J&B, para hablar de personas.

Este año me he reencontrado con los grandes placeres de mi primer año en la isla, y esos grandes placeres es el ambiente de buen rollito y la maravillosa marabunta de los szitizens. A pesar de la inmensa, por momentos excesiva, cantidad de gente de este año, el ambiente ha sido genial y la sensación de libertad de poder hacer lo que quieras (siempre respetando a los demás), que es la seña de identidad de este festival, ha vuelto a surgir en mi interior con la misma energía que hace dos años.

Creo que buena culpa de esta "resurrección" ha sido el campamento festivalero, ha sido un inmenso placer levantarse por las mañanas rodeado de buena gente y poder decir y escuchar un "buenos dias" y no un "good morning" o un "bonjour"....me ha gustado, y no lo digo por el mal llamado orgullo patrio, ni por desprecio hacia otras lenguas y culturas; si no porque cuando te levantas cansado (cosa casi permanente en este festival), no apetece concentrarte en hablar en otra lengua, simple y llanamente. Pero el placer no solo ha sido por hablar en español, si no que sobre todo es porque nuestros vecino@s han sido gente maravillosa y hemos visto en ellos el brillo en los ojos de esa primera experiencia en la isla y las ganas de repetir en el futuro.



Este año, cada día en la isla me ha traído algún pequeño o gran placer.

El lunes fue un placer poder cantar a viva voz junto con mi amigo Alberto y con un noruego que pasaba por allí, la canción de Queen "Bohemian Raphsody", en la aceptable versión que nos brindó Robin Williams.

El martes fue un inmenso placer ver el superconciertazo que nos regaló Florence and The Machine en el main stage.

Che Sudaka en Sziget Festival 2015
El miércoles fue el mejor dia, disfruté como un enano la primera vez que entré en el foso para hacer fotos a los artistas, disfruté de los conciertazos de Che Sudaka y de los hermanos Markovic en el World Music Stage, bailando "como si no hubiera un mañana" en el Irish Stage y en el Tribute Stage, y mañaneando un poco con los locos Festivaleros.

El jueves "disfruté" de un bonito dolor de piernas por los excesos del miércoles....pero me quiten lo bailao!!!!(nunca mejor dicho).

El viernes , el superambientazo en la A38 para el concierto de los Dropkick Murphys y estar metido en todo el meollo.

Goran Bregovic en Sziget Festival 2015
 El sábado fue el día de Goran Bregovic....y con eso se dice todo, y también fue un pequeño placer poder oír en el escenario de música clásica a un terceto tocar las piezas del gran Astor Piazzolla y el concierto de acordeón que hubo después.

Y el domingo fue el peor día porque fue el ultimo día, el día del sabor amargo de saber que tenía que dejar la isla, de tener que despedirme de las grandes personas que acamparon con nosotros, de la buena gente de Sziget España.....

Por supuesto que hubo cosas negativas, no todo es de color de rosa, podría quejarme de muchas cosas, pero no quiero: no merece la pena, es mejor quedarse con lo bueno y DISFRUTAR empezando a preparar el viaje para el año que viene.

Hasta dentro de muy poco (queda menos de un año!!).

Dr. P....El Disfrutón!!!

 

Un rumor inconfundible del que no me puedo abstraer. Un dinosaurio está arrancando todos los árboles y desmantelando cada escenario de Sziget Festival tubito a tubito. Pero llevo tapones en los oídos y gracias a mis amigos de silicona el rugido del camión de la limpieza es solo un murmullo lejano que llega a través del suelo. Suficiente para despertarme. Tengo que salir rápido de la tienda o me evaporo. Me quedan solo unos pocos segundos para reaccionar. Me río yo solo porque pienso se estará peor en la de Alberto, que está más abajo y da el sol desde hace dos horas. Dentro se pueden hacer pizzas. Me tiembla el pulso y me duele la cabeza pero no puedo entretenerme. O me doy prisa, o solo seré un charco sobre una colchoneta hinchable. Gafas de sol para ocultar la catástrofe, bañador, bolsa de ducha. En marcha.

El silbido de la cremallera deja pasar una ligera corriente de aire con la que me cruzo sin saludar. Los vecinos me dan los buenos días sonrientes pero casi no los veo a través del polvo de mis gafas de sol. Se parten de risa. No le veo la gracia. Galleta untada en una tableta de chocolate derretido y un zumito. Gracias vecina.

Está decidido. Hoy me cuelo en las duchas del camping Alternativa. Hay que esperar, discreto, cerca de la puerta. La gente se acumula y pasas cuando pasan cinco juntos o cuando el que mira las pulseras está pendiente de un bikini. Si te pillan mala suerte. Pero no te pillan. En estas duchas hay espejos pero no me puedo afeitar porque he olvidado mi cubo de mojito. Hoy toca agua fría, supongo, por los gritos, pero viene bien un refrigerio... Rediós!

A estas horas son ya las dos y me digo que me vuelvo al campamento hecho un pincel. Algunos vecinos ya han desparecido por los caminos de Obuda. Otros siguen a la fresca. Me quedo un rato hablando con ellos. No quiero volver a entrar en la tienda: debe de estar ya a unos 300 grados y voy recién duchado. Me tienta pasarme todo el día en bañador. De todos modos, mi ropa, mi mochila y todas mis cosas se habrán fundido dentro de ese iglú del infierno. Hay que asumirlo. En la vida solo me queda un bañador, unas gafas de sol y la bolsa de la ducha. El primer concierto es a las cuatro y hay que comer, así que basta de chorradas. Voy a entrar. Contad hasta cien y si no he salido venid a por mí... Rediós!

Top crono! 60 segundos. Creo que tengo todo: tarjeta festipay, número de la consigna, un pañuelo de papel y un mechero. Y la ropa combina porque me he traído todo del mismo color. Vámonos! ¿Que quién toca a las cuatro? Espera que lo miro en el programa-pasaporte... que se me ha quedado dentro de la tienda... Bueno, chicos, hoy improvisamos. Pues será que no tenéis para elegir en esta isla!

Dr. J


Una isla, un puente, arrastrar la mochila, una tienda, dos, tres, una bandera con una F!. Plantados. Estamos en Sziget. De nuevo. La ilusión va dentro, va por delante y viene detrás en el tiempo y en el espacio. Hace calor, mucho calor, hay globos de colores en los árboles, farolillos de luz en las calles, una carpa de circo de donde sale música, siempre música, todo el rato música. Hay una guitarra acústica sin escenario, hay un acordeón y unos violines que echan humo. Hay que hidratarse bajo el sol y bajo las estrellas, dejarse los zapatos bailando música balcánica, y las piernas, y los recuerdos, bailado música irlandesa junto a un tío en zancos, en un surrealismo hecho pogo. 

Hay un poco de palinka on board, un hermano que llega, una nueva era. Hay Gogol Bordello y Goran Bregovic, champiñones infectados, el circo de la grande Babylon, florencia y la máquina; hay un Boston y un California, y ochenta y nueve países más, y todavía más sentimientos. Hay que alimentarse: para ti goulash, para él salchicha húngara, para mí un pad thai, hamburguesa yugoslava, arroz con verduras, filete de pollo, couscous, langos pizza o pizza a la Cintia. A elegir, que luego es palinka time. Ice honey palinka, por supuesto.

Hay trompetas lejanas, guitarreos rompecuellos, ratos de no puedo más, ratos de no puedo por menos, tropiezos y vernirse arriba. Hay luces a lo lejos y sombras aquí al lado. Y tormentas eléctricas contra nuestros paraguas de colores. Electrizantes. Hay batukadas, ajenas y propias, contenedores conquistados, mojitos que no has de beber, veteranos infinitos con muchas garitas y savia nueva, el Sziget de la esperanza, dicen. Hay un par de lágrimas que se confunden con la lluvia. Hay mochilas, maletas, trolleys, carritos, bolsas y bolsillos. Vuelve a haber una tienda, arrastrar una mochila, un puente, una isla...


ILUSIONES


En Sziget Festival hay que perderse y encontrarse. A todo el que va siempre le invito a perderse por los caminos de la isla. Encontrar ese momento en que no hay concierto a la vista, objetivo complicado, y elegir un camino por el que no has pasado antes en los días que llevas en Sziget. Te aseguro que siempre queda alguno. Llegarás a un escenario que no conocías, a una escultura que nunca viste, a un rincón que te encantará... llegarás donde tengas que llegar.

Habiendo estado ya varias vidas en Sziget, caminando por esos caminos mi mirada adquiere a veces el poder de superponer unas imágenes a otras. Donde ahora hay un dragón construido durante 2 meses con miles de botellas de agua recicladas (muy cómodo para una siesta), yo de repente veo un bar con mesas de madera y gente bailando sobre ellas una canción de Janis Joplin. Donde un enorme león de madera enseña sus fauces, mis ojos y oídos me engañan con una pequeña carpa blanca de la que brotan sonidos que me hacen recorrer el mundo. Donde ahora hay setas de colores y trompetas, mi mirada ve pelos al viento y heavy metal. Me cruzo con alguien y salta una chispa; estoy a un tris de pedirle que se quite las gafas de sol y preguntarle: 'tu eres.... ah! no perdona, me he confundido', pero me voy sin tener muy clara esa confusión.

Son ilusiones. Si en una semana en la isla confundes los días, al repetir varios años confundes los años. ¿Ayer tocaron Crystal Castles o fue el año pasado, o el anterior? Es como un delirio por la pérdida de contacto con la realidad exterior. ¿O es esta la realidad? En cualquier caso, son ilusiones, que más me da.


ACIERTOS


Hay cosas que en Sziget permanecen invariables o se incorporan a lista de aciertos. El buen hacer general de la organización, siempre pendiente del mínimo detalle. El espacio para propuestas como una zona de arte poco convencional, un laberinto de luz y color, una peluquería de fantasía, un escenario de música clásica o un pequeño fuego de campamento donde los ganadores de un concurso pueden tocar en acústico piezas que el público pueda cantar.

También la importancia de la decoración de la isla y de los espectáculos callejeros que son parte de la esencia de la isla, cruzarse por la calle con enormes caballos de cartón al son de la batukada, por ejemplo. Como lo es poder aprender a danzar a lo húngaro, disfrutar viandas y brebajes autóctonos y variados o descubrir y alimentarse con músicas de un mundo romaní al que muchos acorralan y que sin llegar a salir a flote, nunca se hundió. Hay quien dirá que es anclarse al pasado, pero en realidad la importancia de mostrar eso, músicas y costumbres populares, es que nos ayuda a tener mejor perspectiva al menos del presente. Que el futuro ya vendrá.

Ya se sabe, Goran Bregovic no usa la vitrocerámica, pero cocina grandes guisos con ingredientes de música ancestral. Sin eso Sziget no es Sziget. No siempre lo mejor es lo más nuevo.

Un bar dentro de una furgoneta destartalada al lado del World Music Stage, es otro ejemplo. Esa es la esencia. Imperfecta y genuina.

Y cuando se descubre esa esencia, se conecta con el ambiente, con la isla, con las gentes que la habitan -verdadero patrimonio del festival-. Gentes que juegan a extraños juegos con latas de cerveza y pelotas de tenis, gentes que llevan a sus hombros una pantalla con otras gentes que están en sus casas (#festivalbuddy), gentes que se ponen nuestra pulsera donde les da la gana... al conectar con eso los conciertos a veces se convierten en mero complemento a las vivencias de una semana en la que la música flota en el aire en cualquier rincón al que vas.


CAMBIOS

 

Pero Sziget Festival también va cambiando, cambia de año en año. Es inevitable que los veteranos sepamos eso. No nos vamos a quejar mucho aunque tenemos nuestro derecho.

A Sziget no le asusta arriesgar y hay cambios que son para bien. La zona del Main Stage era mucho más espaciosa este año, con lo cual moverse de un escenario a otro ha resultado más fácil que otros años. Si hubieran acompañado ese espacio con bandas que lo hubieran sabido aprovechar ya hubiera sido el remate. Con todo el respeto para Martin y Tim (Avicci), pero en ese escenario se han congregado años atrás muchos miles para ver a Blur, a Chemical Brothers, a Muse o a Iron Maiden.

Otro cambio para bien es tener una playa. Sziget Beach es en realidad una porción del Danubio en la que puedes ir a pegarte un chapuzón, con su arena de playa, sus mojitos playeros, sus bañadores y bikinis y su musiquita chill out. Llevarse a esa parte de la isla la carpa Chill Out con sus cojines, hamacas y demás, está muy bien pensado.

Me fastidia un poco el pedazo de bar de Bacardi enfrente del main, con un arco de triunfo desproporcionado para asegurar la visión de la marca desde el propio Budapest. Ese lugar una vez lo ocuparon bares pequeños, locales y genuinos como nuestro querido Chuck Norris Bar. Aún así su espíritu sigue vivo y este año lo encontramos, no demasiado lejos del arco de triunfo y de su música electrónica para masas hoy llamada EDM. Chuck estaba en el escenario de tributos, donde cada noche un DJ saca su arsenal de música guitarrera y nosotros lo llamamos Temazos Stage, porque así es. Nuestros saltos todavía retumban sobre sus tablas de madera.

Es una pena que por tener campings privados y tiendas pre-montadas, la gente tenga que acampar en sitios prohibidos o poco recomendables porque no hay otro sitio. No estoy en contra de esos campings, es una buena opción para la comodidad de la gente, pero es un espacio que se usa para eso y se pierde para la acampada libre. Eso debe estar claro. Si hay menos espacio y metes a más gente... falla el cálculo.

No estamos perdidos todavía, pero esa tendencia de más gente, más bares de marcas y más espacios vip hay que manejarla con cuidado, porque quien pierde es el alma libre de la isla, que se tiene que retorcer un poco para reconocerse a sí misma. Aun así, lo hace.











Y mientras todo esto pasaba en Obuda Island, un día cualquiera en la isla me doy cuenta de otro cambio. Este año la luna tan sólo nos dejaba ver una luz tenue, casi fantasmal aunque cálida, porque esta vez el foco potente apuntaba en otra dirección.

kboy


Festivaleros! recomienda el consumo responsable de Ice Palinka


#festivalbuddy

Sziget 2015

Después de ver temas tan importantes como la preparación del viaje, establecerse en el festival o las comidas, pasamos a ver cómo disfrutar a tope del sinfín de actividades que nos ofrece un festival como Sziget.

Qué hacer con la peque


Nuestra rutina era bastante distinta de cualquier festivalero medio. Nos levantábamos sobre las 9-10 más o menos (tener en cuenta que se dormía como muy tarde a las 12 de la noche, y nosotros también). Después de desayunar le dejábamos un par de horas para que jugara en el parque. Esto es importante, algún día le quitamos las horas de juego por ir a hacer cosas y lo notamos todos. Sobre las 12 o por ahí, nos poníamos en marcha normalmente a hacer talleres o descubrir cosas por la isla. Hicimos bolsos, pintamos y montamos un skate de cartón, tocamos instrumentos reciclados, bailamos danzas típicas húngaras, la zona de arte la visitamos casi todos los días ya que tenía una buena zona para correr (le encanta correr).

Nadia en Sziget 2015
Aprovechamos una mañana para ir a primera hora al Luminarium, muy chulo. Otra para ir a la playa, visitar las zonas deportivas, ir al ability park, y sobre todo pasear y perdernos, cosa que recomiendo casi a cualquier hora, ya que toda la isla está llena de rincones con obras de arte, espectáculos itinerantes y gente de lo más pintoresca.

Evidentemente el circo fue visita obligada, vimos dos de los tres espectáculos de la carpa, el de las 3 del mediodía nos dio mucha pereza por el calor. Los otros dos nos parecieron una pasada, y Nadia alucinó (cosa que es muy fácil, por cierto).

También vimos los espectáculos de circo al aire libre, así como dos espectáculos del teatro que empezaban a las 23h (otro consejo, llevar agua y comida siempre por si los peques en medio del silencio del espectáculo quieren algo, si no ya veréis que risa...). Nos gustó mucho el espectáculo de las marionetas, que repetimos varios días, llegando a hacer una pequeña amistad con el artista, que era argentino y no tenía ni papa de inglés y creo que se alegraba de poder hablar con alguien.

Después de comer buscábamos sombra donde se pudiera dormir la siesta la peque, cosa que no siempre coordinábamos, ella se dormía cuando le venía bien y no cuando queríamos. Un buen sitio era el escenario World Music Stage, que tenía sombra y si los conciertos empezaban mientras dormía nosotros los podíamos ver cómodos.

Nadia en Sziget 2015A partir de aquí ya se convertía cada día en un ir y venir de escenarios para ver conciertos y espectáculos sin parar. Como ya he dicho, se dormía sobre las 23:30h más o menos. Aquí nos íbamos todos a dormir, que todo el día pateando a 35 grados con la mochila a cuestas y la niña, nos dejaba agotados a todos.

Hay que destacar que la metimos en casi todos los jaleos, siempre con cabeza, evitando las aglomeraciones, sobre todo cuando se hacía de noche. Nada de ir a los espectáculos tranquilos y ya. A Robbie Williams lo vimos de lejos tanteando un poco el Main Stage (el escenario más grande), pero Limp Bizkit lo vimos a la altura de la torre de sonido con 100.000 personas dando saltos alrededor (aquí se durmió, habilidad que creo que ha heredado de su madre).

Viendo a Che Sudaka casi tuve que pararla que se me metía al pogo, pegó saltos y disfrutó muchísimo. Incluso aguanto bastante rato viendo a Enter Shikari, un grupo de hardcore electrónico que tocaba en el escenario A38.

Evitamos los escenarios electrónicos ya que esa cantidad de decibelios y luces creo que eran demasiado para ella.

Por último me gustaría destacar las fiestas especiales en el main. Estuvimos en la de las pompas de jabón, la de las maracas y la del color. En los videos que ves en internet son alucinantes, pero meterte dentro con Nadia lo es mucho más. Se lo pasó pipa en las tres, disfrutó muchísimo y se le contagiaba el ambiente de fiesta que tenía todo el mundo en la cara. Increíbles y 100% recomendables.


Consejos y recomendaciones


Nadia en Sziget 2015Llevar tapones para dormir. Hay que tener en cuenta que si nos acostábamos a las 12 de la noche, los djs podían estar hasta las 6 de la mañana perfectamente, y desde el camping se notaba cada bombo en tu cabeza. Si sois de sueño ligero lo tenéis mal. Bien es cierto que cuando se acaba la música el silencio es total, nadie molesta a nadie (impensable en España).

Cuidado con las tormentas, nos llovió los dos últimos días. Tuvimos suerte y los dos chaparrones fuertes nos pilló en la tienda, pero con peques esto hay que mirarlo mucho. Las tormentas en Budapest son muy fuertes y en un rato te puede caer la del pulpo.

Pillar fruta que se pueda pelar, por el tema del polvo más que nada.

Adaptarse a la peque. Si estás viendo un concierto y la peque se agobia te sales y ya. Tiene dos años, quiere jugar no estar viendo a unos señores tocar delante de 10.000 personas dando saltos. Será por conciertos.

El planteamiento del festival te cambia mucho, no puedes desfasar mucho, no puedes ver todo lo que te apetece, no puedes descansar cuando quieres, etc.


Cosas que mejoraría


Que se pueda acceder con los peques a la piscina del camping vip. Ha hecho mucho calor y se hacía muy difícil escapar de él durante las horas centrales del día. Sería una buena forma para que estuvieran fresquitos y entretenidos.

Más actividades enfocadas a los niños. Aunque había muchos talleres, muy pocos o ninguno estaban enfocados a ellos. Cierto que en el camping familiar tenían juguetes, pero no es lo mismo.

Que en el main stage tuviera una zona para que pudieran ver los conciertos con un poco de seguridad (algo parecido a la zona de minusválidos o a la zona vip).

Que haya más rock, heavy, metal,… (por pedir) ;)


Resumiendo


A pesar del calor, de tener que llevar a cuestas mucho rato a la peque, la mochila, los kilómetros andados, los conciertos que no hemos podido ver y cosas así, NOS LO HEMOS PASADO DE P*** MADRE. Ha sido una de las mejores experiencias de nuestra vida, y de la de Nadia está claro que ha sido la mejor.

Hemos disfrutado muchísimo viéndole la cara de alegría, de sorpresa y de sueño. Hemos conocido gente super-maja, tanto españoles (chapó a la gente del Sziget España, resolviéndonos todas las dudas antes y durante el festival), a la gente de Festivaleros! (los “amigos míos” como dice Nadia), a “su” Victoria, a las amiguitas de muchos países del camping, así como la enorme cantidad de personas que se acercaban a saludar a Nadia, hacerle fotos, chocarle los cinco y bailar con ella.

Repetiremos fijo!!!!!!

Manu Vila


Disfrutando un Festival con un Bebé de Dos Años: Sziget 2015 (Primera parte)

 Glastonbury Festival Glastonbury Festival



Este es el relato de nuestra aventura en este espectacular festival Sziget 2015, al que llevamos a Nadia, de 2 años y medio, a vivir su primera gran experiencia en todos los sentidos, siempre desde su punto de vista.

Lo primero


Mucha gente antes y durante el festival se asombraba de que lleváramos a Nadia a un evento así. Recuerdo que son 7 días de festival en Budapest, con más de 400.000 personas y muchos escenarios y eventos. Para nosotros es lo más natural del mundo, es nuestra forma de vivir y se lo queremos inculcar a nuestra hija. Y ya está, no hay más.


El viaje


Viajamos en coche desde Valencia a Barcelona, hicimos noche ya que el avión salía pronto hacia Budapest. Es una pena que por medio año tuviera que pagar billete, total para luego aterrizar y despegar encima de la mami. Los viajes de esta distancia (tres horas más o menos) los llevamos bien, se duerme a ratos y a ratos juega. Luego en Budapest, taxi hasta el festi que está en una isla y a empezar la aventura.

Tengo que comentar que la vuelta fue mucho más dura. Colas para pillar el taxi con algún empujón que otro. Esto con la peque siempre es complicado, a ratos a hombros, a ratos con la mami. Luego todo el día en el aeropuerto. El vuelo salía a las 20:15 y como llovía, decidimos ir allí en vez de hacer algo de turismo. Para colmo el vuelo se retrasó por el mal tiempo, tenías que andar hasta el avión unos 100 metros lloviendo (¿para qué están los autobuses?). Y para rematar, en Ryanair no dejan que Nadia esté encima de la madre o padre, tiene que ocupar su asiento. Esto explícaselo a ella cuando tiene sueño y quiere que su mamá la coja. Los niños no entienden “no se puede”.


La maleta


Aparte de lo evidente, ropa, gafas, gorros, toallas y cosas así, también pusimos todo lo necesario para Nadia: apiretal, toallitas, pañales (de las dos cosas tuvimos que reponer una vez allí), crema solar (muy importante), ropa de fresquete para ella, cereales, cascos para protección auditiva y una pulsera identificativa que compramos por internet, en la que pusimos su nombre y nuestros dos teléfonos. Y muy importante la mochila de porteo, descartamos el carrito ya que en aglomeraciones es muy incómodo, y tiramos de riñones de la mami y bracito y hombros del papi.

Aquí me gustaría destacar que pillamos un seguro médico antes de irnos para mayor tranquilidad. Y un papel con los teléfonos de la embajada y cosas así. Nunca se sabe.


Dormir


De las muchas opciones que teníamos para elegir, nos decantamos por el camping familiar. Por un poco más de dinero, es un espacio dentro de la isla reservado para familias, ubicado en una zona con un parque con columpios, en la que habilitaron una carpa llena de juguetes y dos sofás, en la que los peques disfrutaban mucho y los papis descansábamos un poco.

Más o menos seríamos unas 20 familias de toda Europa, en la que había desde bebes a niños de 10-12 años. Destacar que siempre (24 horas) teníamos a nuestra disposición personal para estar con los peques, personal de limpieza y seguridad. Durante el día entretenían a los peques jugando con ellos (incluso se los podías dejar a su cargo si querías).

Nosotros alquilamos, desde España, la tienda en el festival. Fue tan sencillo como llegar al camping y elegir una de las que ya estaban montadas. Nos llevamos de casa un par de esterillas de las que se hinchan un poco, es una semana entera durmiendo y buscamos la mayor comodidad. Sábanas y mantas también nos las llevamos nosotros. Se podían alquilar colchones hinchables y sábanas allí, pero no me gustan estos colchones, es lo que hay.


Servicios e higiene


En este apartado hay que destacar el privilegio del camping familiar. Sólo había dos módulos, uno para hombres y otro para mujeres, que tenían un baño, una pila y una ducha cada uno. Puede parecer poco, pero para las 20 familias nos apañamos muy bien. En la duchas con agua caliente, a veces te tocaba esperar un poco. Por lo que me comentaron por fuera, esto no era lo normal. La señora de la limpieza prácticamente te estaba esperando en la puerta de la ducha para en cuanto salieras limpiar, espectacular.

Otra apartado a destacar es cómo reaccionaron a los problemas que les planteábamos. El primer día les pedí que me indicaran donde comprar leche para que Nadia desayunara. Ella toma leche sin lactosa así que opté por ir al centro comercial más cercano a pillar un brik de leche. Cuando llegué les planteé el problema de almacenar la leche hasta el día siguiente. Me comentaron que lo entendían y que tenían el mismo problema, ya que también desayunaban allí. Pues a la mañana siguiente, en una pequeña jaima que había junto a los servicios, nos instalaron una pequeña nevera (junto a un microondas que ya había), que evidentemente se llenó enseguida. De la misma forma, supongo que al vernos cambiar pañales a los peques en los bancos del parque, pusieron otra jaima más para poder cambiarlos y asearlos con mayor intimidad.

Fuera del camping familiar la cosa ya es distinta. Los aseos en el festival, de media, solían estar limpios, según a cuales fueras, tenían personal de limpieza a todas horas. En este aspecto poco podemos opinar (siempre desde la perspectiva de Nadia), ya que utiliza todavía pañal. Una ventaja por un lado, por evitarnos ir corriendo en medio de un concierto a buscar un sitio donde pudiera hacer sus cosas. Lo negativo es ir todo el día cargado con la mochila con pañales, toallitas, cambiador, ropa de recambio, etc. Al final de la semana he acabado de la mochila hasta los h****.


Comer


Aparte del desayuno que ya lo he comentado, intentamos que comiera lo más variado posible. Por supuesto ayuda que le guste prácticamente todo y más o menos tenga un estómago fuerte.

Los puestos de comida eran muy variados: hamburguesas, pizzas, carnes, pasta, veganos, fruta, etc. No es dieta mediterránea pero comió muy bien.  Un consejo, evitar pillar la comida en las zonas que más se levanta el polvo. La comida estaba al aire libre y es evidente lo que esto implicaba.

Otra cosa aparte es la bebida. Evidentemente ella solo bebe agua. Y nos ha hecho muuuuucho calor. Nuestro avituallamiento era siempre botellas que rellenábamos en cada fuente o grifos que ponía la organización. No sé si esta agua sería muy recomendable pero estaba muy fresquita y no nos hemos puesto malos. Y hemos bebido muchísima. Las rutas que hacíamos prácticamente las decidíamos en función de donde podíamos recargar agua.

Por cierto, si compráis agua en el supermercado mucha atención a las botellas, la que más se parece a nuestro agua mineral es con gas, agitadlas un poco antes de comprarla para comprobar que sea la que buscáis. En Hungría, tapón azul con gas, tapón rosa agua normal.

Continuará...

Manu Vila
 

Disfrutando un Festival con un Bebé de Dos Años: Sziget 2015 (y II)


Esta historia podría hablar de música en Sziget Festival 2015, pero, después de las últimas noticias, no lo va a hacer (o al menos, no mucho). Esta historia habla de personas viviendo una de las experiencias de su vida.

Personas o personitas como Nadia, que a sus dos años ha sido la Sziudadana española más joven y se ha metido en el bolsillo a todo el festival con su ternura, sus "cuernos" en todas las fotos y unos ojos azules que han dejado enamorada a la Isla. Personas como sus padres, Manu e Irene, que a pesar de todos los miedos y dudas se liaron la manta a la cabeza y se atrevieron a acampar durante los 7 días con ella en el Festival.

Personas como Amaya y Laura que no tuvieron el mejor aterrizaje en la Isla pero que se marchan con la sonrisa de haberse dejado atrapar por el espíritu de Obuda y hasta con alguna lagrimilla cuando se despedían del World Music Stage. Seguro que no olvidarán esas tablas. O como Aléix, que se hizo 32 horas de autobús para disfrutar de Avicii, Limp Bizkit o Martin Garrix. Y que pudiendo acampar en el Bridge Camping lo hizo en el Campamento Festivalero. Durante todos los días nos regaló con su rutina en Sziget: dos trozos de pizza a mediodía y un cigarrito rico de buena mañana.

Foto: Christian Rubén Concuáticafilms
Personas como María, Amaia o Eneritz que tienen todo el futuro por delante y que se regalaron esta aventura antes de otra, la de comenzar la Universidad. Tan discretas como independientes, su aventura en Sziget no ha hecho más que empezar. La Isla ya las ha llamado para el año que viene. Algo que también les va a pasar a Paula y Ana, Lilo y Stitch. Dos hermanas que no suman ni 40 y que después de descartar Tomorrowland fue Google el que les llevó hasta el Mejor Festival de Europa en 2014.

Ellas son el polo opuesto a María, toda una veterana festivalera que se va de festi en festi y lo hace en solitario porque, qué narices!, las vacaciones también son esto. Ayer Hungría, hoy Austria, mañana Francia y después..., después donde el corazón festivalero la lleve. Espíritus libres a los que no les asusta aterrizar en los sitios sin compañía. Como a Adriana, a la que un problema de última hora la dejó en solitario en la aventura de Sziget y la Isla la premió pudiendo conocer y charlar con uno de sus grupos favoritos Che Sudaka. Ellos también son espíritu festivalero. 

Anna y Tania sí que estaban de vacaciones juntas, pasaban por Budapest antes de seguir hacia Eslovenia y la Isla les tenía reservado un día en Sziget. Sólo fueron unas horas, pero el Festival hizo su magia y a puntito estuvieron de renunciar a Eslovenia para quedarse a vivir en la Isla. Esta vez no tocaba, pero repetirán. Y qué decir de Miguel!? Festivalero de corazón que esperó a estar entre temazo y temazo para sincerarse y al que el Festival le regaló una de esas batukadas mañaneras que tanto echábamos de menos. Fue Festivaleros! Ending Show, la última actuación de Sziget 2015.

Durante toda la semana han ido yendo y viniendo espíritus libres de la Isla como Renata, la más valenciana de las Húngaras, enganchada al Irish y a las tablas del World Music. O María, la única periodista festivalera capaz de irse a dormir todos los días dentro de un pollo. Y, como no, el habitante que más rápido se mueve dentro de Obuda, Inti. Si parpardeas te lo pierdes.


Tampoco podemos olvidarnos de Victoria que entre golpe y golpe ha descubierto la vida festivalera de verdad. Su pie "parriba" ha sido otro clásico del mañaneo en el Campamento Festivalero. Sziget le va a dejar cicatrices, pero de las que molan, en el alma y el espíritu, de esas que todos estamos deseando ver.

Y Alberto, nuestro Alberto J, al que queríamos enseñarle todo esto desde que pusimos el pie en esta Isla por primera vez. Pero la Isla es sabia y paciente. Y sabía que el momento era este. Verle ese brillo en los ojitos y la sonrisa de Obuda es algo difícil de explicar. Sin decírselo nadie ya ha comprobado lo duro que es volver a la otra realidad cuando uno regresa del Festival. Se merece esa felicidad que ha conocido en Sziget.

Por último, sólo una pequeña reseña para el gran Paquito, Doctor P, que puntualmente abría su consulta todas las mañanas. No ha habido año que Paco no acabe moviendo las tiendas de los tres locos que sueñan con festivales antes de que la Isla colapse del todo y los engulla.

Son sólo algunas de las historias de algunas de las personas que este año han estado en Sziget Festival. Historias que queremos que sigan creciendo año tras año. Porque el efecto de la Isla es el mismo en novatos y veteranos. Y sí, podríamos decir que escribimos esto llenos de barro hasta las rodillas, dentro de la tienda inundada por la lluvia y sin haber dormido. Pero eso mejor se lo dejamos a los especialistas musicales de los periódicos generalistas.

Lo nuestro son las personas y los sentimientos. Los que provoca la música y los que acaban uniendo a gente tan diferente dentro de La Isla.

Y eso, Festivaleros, es Sziget. Quien lo probó, lo sabe.

J&B


PD. Es imposible no acordarse aquí de ese festivalero alemán con en el quizá nos cruzamos en algún momento y que murió en la mañana del lunes. Desde aquí nos sumamos al dolor de su familia y amigos. Su espíritu es ya un alma libre de la Isla.